EL XACOBEO
Y
“NOSOTROS LOS PÍNFANOS”
Señor Santiago:
Falta nada para que 2010 asome por el horizonte y con él llega un Año Xacobeo más de este siglo. Un año más en el que rendiremos fe y compromiso con Nuestro Señor Santiago de que vivir es, sobre todo, hacer camino, como ha quedado dicho y reafirmado desde antes del siglo X de nuestra era cristiana, en que alguien quiso descubrir que el hijo del Zebedeo, el amigo de Jesús, estaba enterrado en un humilde túmulo próximo, no a muchas leguas donde arribó la barca que condujo su cuerpo, y quedó amarrada a un tosco Pedrón, que NOSOTROS, LOS PÍNFANOS, bien conocemos.
En torno a ti muchos de nostros hemos comenzado nuestro camino personal. Y también por ello no es casualidad que el emblema que nos identifica, el que nos hace singulares como una comunidad de personas libres, amigas, fraternales muchas, con avatares, ideas y amores comunes, sea, al mismo tiempo, el emblema que identifica a millones y millones de personas de variadas razas, lenguas e ideologías que viajando desde sus hogares, quieren andar el camino del reencuentro consigo mismos, sus prójimos y la naturaleza. Nuestra Cruz coronada de Santiago, la cruz que nos identifica es la cruz del Camino y la cruz que identifica a nuestra España, la que ondea en tantos y tantos guiones y estandartes.
Algo nos dice, algún inconsciente común tenemos, que más allá de que uno de nuestros colegios más emblemáticos como es el Colegio de Padrón, sea el epicentro de nuestra andadura pinfanil y la meta de otras muchas caminatas para abrazar a nuestro Señor Santiago, lo Xacobeo, ese paradigma religioso, cultural y personal, sea para NOSOTROS LOS PÍNFANOS, algo próximo, algo cercano, algo habitual, algo presentido. Una emoción difícil de explicar. Por ello, aún repitiendo turno y vez, nos hemos emplazado un año más en torno al Pedrón y la que fue nuestra casa de Iria Flavia para celebrar el VII Día del Pínfano y dar testimonio de que en ese campus estellarum, el campo estrellado de la historia, está también una de nuestras raices más firmes y más arraigadas.
Si al placer de dar rienda suelta a lo más sublime que llevamos dentro, se une el placer de pasar unos días juntos y el placer de buen yantar, buen paisaje y buen paisanaje, ¿qué más, amigo y amiga, querido pínfano y pínfana, podemos demandar? Quizá sólo nos cabría un cometido cual es el de nominarte, Nuestro Señor Santiago Mayor, que abre y cierra España, hijo del Trueno y el Zebedeo, amigo y discípulo que fue de Jesús, arribado al Pedrón, junto a las puertas de nuestra antigua casa, Patrón de Todas las Españas, como PÍNFANO, Como el primero y el mejor de NOSOTROS.
Hasta entonces, por Mayo, un abrazo de quien tiene el privilegio de haber nacido en la misma tierra que acogió, va para más de mil años, a un tal Yaakov Bar-Zebdi de Palestina, hoy uno más, uno de, NOSOTROS, LOS PÍNFANOS. JEVV.
