Hombres y mujeres del pirineo que Faro rescató del olvido

PERSONAJES PARA LA ETERNIDAD

BETURIAN - ¡¡EL ORÉ!!!

Espero que no se me olvide ninguno: IZARBE, CASBAS, CHUSTA Y ESCAGÜES, URBEZ, ZÍLIO Y URSÍN, QUILEZ, NUENO, ALODIA, CRISTETA Y QUITERIA, TERENZIO, MARZAL EL TRANQUILO, LORIÉN, y BETURIÁN.

SENTADETAS: ALODIA, CRISTETA Y QUITERIA

Un borbotón de nombres únicos, sonoros, bellos, irrepetibles. Irrepetibles, que no impronunciables, que ello es otro cantar. Irrepetibles porque, desgraciadamente, quizá, a poco tardar, nunca vuelvan a pronunciarse, e irrepetibles personas, que en el decir del autor "son personas normales que han llenado mi vida de sabiduría, encanto y cariño. Sus nombres, como ellos mismos, nos hablan de Aragón, del Pirineo, de la tierra que les vió nacer y en la que quedarán para siempre". Así les homenajea el artista, en su decir, aprendiz de pintor, con el torpe y pobre homenaje de plasmarlos para la eternidad.

URBEZ, a lápiz

Predomina la tinta china en esta colección de retratos de Ramón Faro, frente a tres óleos y un detallado lápiz. Quizá, me atrevo a tener que equivocarme, porque la tinta china se presta, en manos del pintor, mejor que otra técnica para dotar de una extraordinaria luminosidad a los rostros de estos recios personajes y contrastar, a golpe de blanco, negro, gris,las huellas de sus vidas. Los surcos de sus quehaceres, de ellas en la gobernanza del hogar y la cabaña; de ellos en la majada y las cumbres. De todos y cada uno de ellos, Ramón Faro ha sabido comprender primero, y plasmar después, sus gestos y su genio personal. Los retratos de Faro van más allá de unas cuidadas formas fieles al original, sino que penetran en la ontología de cada cual. En su esencia y personalidad, sin caer en una pintura pseudo psicológica tan en boga y tramposa. Los retratos de Faro rebosan sinceridad y autenticidad.

IZARBE, CASBAS, CHUSTA y ESAGÜES, ALPARCIANDO

LORIÉN CON LA CABECICA ATADA

ZILIO Y URSÍN CHESOS

Para estos fines, el autor, hace aproximaciones distintas, cual de lupas se tratase. Desde casi el esbozo de "Nueno sentado" y "Alodia, Cristeta y Quiteria", confesados por el autor como apunte rápido y del natural, respectivamente, al detalle y la precisión de "Lorién con la cabecica atada". Entre los óleos, para este comentarista, destacan todos, pero de forma muy especial la espontaneidad y verdad que transmite "Beturián cantando el ¡¡oré!!!"

Pues eso, ¡¡oré!!!, ¡¡oré!!!, ¡¡oré!!, ¡¡oré!!! ..... oré ... por estas nuevas obras de Ramón Faro.

Enlaces:
 http://ramonfaropintor.blogspot.com/
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