RETORNO AL COLOR

Ramón Faro vuelve al color en esta nueva entrega, luego de la anterior que estaba dedicada en su totalidad a los negros y grises de la tinta china. Seis bellos y solitarios paisajes y cuatro paisanajes. Bueno, la verdad es que no sabría definir, ni cómo se dice a aquel cuadro en que conviven paisaje y paisanaje. ¿En función de la dominancia de uno u otros?, ¿Y cómo se mide esa dominancia? El que algo sepa, por favor que nos lo diga en un comentario al post.

Dejemos diatribas inútiles y vamos al grano de este mes. Pero, de pronto vuelve a mi cabeza, aquello que las simetrías de las obras de Ramón Faro, que nuevamente observo en estos paisajes: los rodales de "SALIÓ EL SOL", los leves cabezos de "LOS MONEGROS", el par de árboles dominantes de "TAPIA, AMARILLOS Y AGUA", las hileras que enmarcan el camino fugado de "PASEO DE PREÑASKA BANJA" y la simetría de personas y tierra, evidentes en "EL AZAFRÁN". De nuevo este denominador común.

Por aquello de mis ancestros de la Gallaecia, me detengo este mes en la "ABUELITA GALLEGA" y hasta me contagia la morriña por nuestra tierra, ya que el bello tejado del fondo delata que ella, al igual que yo, estamos fuera de ella. Muy buenos también el "RETRATO de AMBROSIO y "CANAS" en quien se cuenta, huella a huella, el paso del tiempo.