Memoria de las Cristinas
R.P.B. / Burgos - jueves, 30 de agosto de 2012
Lo llamaban La casona. Era un edificio construido en Aranjuez por la
realeza a mediados del siglo XVIII y que fue cedido más de cien años
después por la monarca regente María Cristina al arma de Infantería, que
lo acondicionó para convertirlo en colegio destinado a los hijos
huérfanos de esta división del Ejército. Aunque en sus inicios fue
mixto, desde 1897 fue exclusivamente femenino. Miles de niñas fueron
educadas en aquel internado, cuya actividad se prolongó hasta 1971.
Ahora, dos de aquellas internas, dos antiguas alumnas, dos cristinas
-como se conoció siempre a aquellas chicas- han recogido en un libro la
historia de este colegio. Una de ellas, Marta González Bueno, es
burgalesa, como muchas de aquellas jóvenes, siendo como fue Burgos una
ciudad de militares.
Junto a Natividad Jaime, González Bueno ha querido en Historia del
Colegio María Cristina de Aranjuez. El internado que vivimos «dejar
constancia del internado en que vivimos, de la vida cotidiana de un
periodo compuesto de luces y sombras, de amores y desamores, de alegrías
y tristezas. Guardamos buen recuerdo de aquellos años, durante los que,
aunque nos faltaron los besos de nuestras madres, pasamos muchos
sinsabores y echamos de menos muchas cosas, fuimos más afortunadas que
otros muchos. Nos dieron unos estudios, una educación y unos valores que
nos han servido para afrontar la vida y salvar los contratiempos»,
afirman las autoras, que han alumbrado el libro a partir de los
encuentros anuales de ex alumnas en los que siempre afloraban los
recuerdos.
«Hemos intentado plasmar nuestra realidad de entonces, sabiendo que
cada una tiene sus propios recuerdos, algunos parecidos, otros
diferentes, más crudos o más dulces. Somos conscientes de que la memoria
es selectiva». Sin embargo, estas cristinas admiten haber intentado
contarlo todo, los hechos duros y serios, haciendo críticas pero también
alabanzas. Ambas reconocen que ha sido un reto difícil pero también el
cumplimiento de una promesa.
Cuentan que el último día de internado,
conscientes de que finalizaba una etapa trascendental y especial de sus
vidas, todas se prometieron entre abrazos y lágrimas no perder el
contacto. No lo hicieron. Este libro es una muestra de ello, una manera
de conservar los lazos, de mantenerse unidas en el recuerdo.
Advierten las autoras que la obra es fruto de un tiempo y de una circunstancia especial: la orfandad.
La presentación
El libro no se comercializa en librerías porque lo ha editado la
Asociación de Huérfanos del Ejército, colectivo al que las autoras han
cedido todos los derechos, por ello esperan que este artículo ponga tras
la pista a aquellas cristinas que no tengan relación con la asociación y
que «dificilmente podrían conocer su existencia». Aunque se ha empezado
a distribuir desde mayo, la presentación oficial se hará en Aranjuez el
día 6 de octubre.
El antiguo colegio de María Cristina se convirtió pocos años después en el centro cultural de Aranjuez ‘Isabel de Farnesio’, por lo que de aquel internado que acogió a niñas huérfanas sólo quedan las viejas fotografías y un sinfín de recuerdos.
El antiguo colegio de María Cristina se convirtió pocos años después en el centro cultural de Aranjuez ‘Isabel de Farnesio’, por lo que de aquel internado que acogió a niñas huérfanas sólo quedan las viejas fotografías y un sinfín de recuerdos.
(Versión del artículo en papel)
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